miércoles, 9 de noviembre de 2011

Laberintos (I)

Hay árboles
como hay laberintos
donde crecen toros
y cosechan humanos.

Es dulce el laberinto,
más dulce que la bestia
con cuerpo pensante
y cabeza de instinto y pasión.

Árboles de corteza amarga,
hasta la raíz.
Ahora los toros roen,
para llegar a la savia.

Tragar instinto
y vomitar razón.
Alucinar con otros
y reír los dos.

Cuerpo de instinto
y cabeza de razón.
Será el amargo laberinto
similar a su amarga bestia

Los humanos crecen
y se cosechan toros.
Por que hay laberintos
como hay árboles.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Blanca pared. (que no es blanca, pero se siente b l a n c a )

Me gusta el vacío de la noche
y aún el susurró de la lluvia.
La pared que no es blanca
me atormenta, a pesar de la verdad estar afuera.
El negro del techo y sus luces, son tapadas
con telarañas de lluvia, ¿o serán de lágrimas?

Las puertas se dibujan, si se quiere...













y la salida espera su voluntad
de abrazar a la lluvia
que espera fielmente al sonámbulo que no duerme por oír su susurro.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Del ego relativo

A veces mi ego es tan elevado
que le doy la espalda al espejo
para que mi reflejo
no pueda verme a los ojos.

Al menos eso es lo
que mi orgullo y ego
me obligan a pensar,
los absolutos existen.

No más que un estado pasajero,
la vida me abofetea constantemente
la mayoría de las veces
soy yo mismo
y la imagen de otros imaginarios
que solo existen, en su propia egolatría.

Desearía que los absolutos
existieran, absoluta e irrefutablemente
y así no temblar por el devenir
pero...

-Todo es relativo-

Lo relativo es lo más cercano a lo absoluto
precisamente este absurdo
es lo que me reconforta,
el poder errar.

Aunque sea atrapado en una paradoja
el errar nos hace fuertes.
Agregando la certeza del morir
esa de eruditamente cruzar ríos
o vulgarmente de patear baldes.

No con menos importancia
tener rostros perdidos en la neblina,
sin nombres, con falsos,
el montoncito de huesos en el panteón,
carne en la calle o ideas en el vacío.

Ahí se encuentra,
bulliciosa en su silencio
asechando, para una nueva conquista
efímera.

Espera,
siempre espera
el fuego en sus ojos
quemaría la capital
si no se hubiera ahogado en su olvido.

Espera,
siempre espera
el llamado, el deseo de existir
aunque absurdo mueve guerras en los vacíos.

Mi ego
y tal vez el de todos
Desea cazarnos
o tan solo a mí
y verme caer.

Su ego,
-Sí, el ego del propio ego-
Desea que yo exista
solo para ella,
regocijándose
en su existencia
y en mi existir de esclavo para
su ególatra deseo de ser.

-Estocada-

lunes, 24 de octubre de 2011

Al parecer hoy no tengo nombre, hoy nací

Soy bastardo
no victima de asesinato
una puñalada no alcanza
para matar.

Vivir con puñales enterrados
es cosa de risa, que evita
la cruda realidad.

Tridentes, colmillos y estocadas
marcan mi espalda y casi
llegan al alma.

Matamos con esperanza
matamos con misericordia y lastima
donde esta el redentor
el único que no mata.

-No mal interpreten
que conceptos de divinidades
la historia debe superar.-

El que busco es carne y sangre
carne que sufre, sangre amarga
sangre que llora, dulce carne.

Tal vez sea bastardo, zurdo o cojo
robe versos y rimas
o efímeros cadáveres de
otros, propios y ajenos.

Nubes negras que materializan sueños
sueños que aterran, sin rayar en pesadilla
ya que la madrugada inspira a las bestias
a salir de semiinconsciente
sueños lucidos, caros y corpóreos.

Dudar me hace llamar a la realidad
esquizofrenia temprana o tardía,
no importa ya.

La vida es un sueño,
un ataque de circunstancias
que merecen ser vividas
sin importar
lo bastardo, ciego, zurdo o cojo
que sea yo, ello, el redentor o el medio.

Lo humano escapa por poco,
la bestia aún amenaza
con su hambre de creadores, demiurgos y domadores.
Sus pasiones son superiores a toda razón
al fin y al cabo, todo surge
del caos, del azar y del fuego.

Escaleras y flores de imperios monárquicos
abren paso a nuevas formas
caballos y torres en islas monocromáticas
la eterna lucha por el gris
lucha de qué a quién
quienes a todo, todo...
todo es relativo.

Relativas son las prisiones
que encierran a las bestias
barrotes invisibles, paredes mentales
guardias migratorios y predecibles trampas.

Nuevas épocas pasan, nunca llegan
siempre es hoy, el hoy transmuta en ayer
para que no llegue a ser mañana.

Lo que atrapa es el sentir de la viejas glorias.

Solo falta el merito propio,
el cambio, el golpe al conformismo
sacar puñales y colmillos
sangrar amarga sangre
sufrir y llorar por la carne
que solo es una vez, delicada y efímera.

Efímera, la poesía
palabras al vacío, papeles al fuego.

Aún así llorar por la ceniza
y recordar la piedra que cae
mueve a manadas y conglomeraciones
de los otros, masas de decepciones
que llora, sufre y angustia.

Descarga sus miedos en celebraciones
con abstractas manifestaciones
en registros y códigos que pocos -o ninguno-
entienden en el espacio, la distancia y el cambio.


El constante llegar a ser...

de doscientas veintiocho lunas