no victima de asesinato
una puñalada no alcanza
para matar.
Vivir con puñales enterrados
es cosa de risa, que evita
la cruda realidad.
Tridentes, colmillos y estocadas
marcan mi espalda y casi
llegan al alma.
Matamos con esperanza
matamos con misericordia y lastima
donde esta el redentor
el único que no mata.
-No mal interpreten
que conceptos de divinidades
la historia debe superar.-
El que busco es carne y sangre
carne que sufre, sangre amarga
sangre que llora, dulce carne.
Tal vez sea bastardo, zurdo o cojo
robe versos y rimas
o efímeros cadáveres de
otros, propios y ajenos.
Nubes negras que materializan sueños
sueños que aterran, sin rayar en pesadilla
ya que la madrugada inspira a las bestias
a salir de semiinconsciente
sueños lucidos, caros y corpóreos.
Dudar me hace llamar a la realidad
esquizofrenia temprana o tardía,
no importa ya.
La vida es un sueño,
un ataque de circunstancias
que merecen ser vividas
sin importar
lo bastardo, ciego, zurdo o cojo
que sea yo, ello, el redentor o el medio.
Lo humano escapa por poco,
la bestia aún amenaza
con su hambre de creadores, demiurgos y domadores.
Sus pasiones son superiores a toda razón
al fin y al cabo, todo surge
del caos, del azar y del fuego.
Escaleras y flores de imperios monárquicos
abren paso a nuevas formas
caballos y torres en islas monocromáticas
la eterna lucha por el gris
lucha de qué a quién
quienes a todo, todo...
todo es relativo.
Relativas son las prisiones
que encierran a las bestias
barrotes invisibles, paredes mentales
guardias migratorios y predecibles trampas.
Nuevas épocas pasan, nunca llegan
siempre es hoy, el hoy transmuta en ayer
para que no llegue a ser mañana.
Lo que atrapa es el sentir de la viejas glorias.
Solo falta el merito propio,
el cambio, el golpe al conformismo
sacar puñales y colmillos
sangrar amarga sangre
sufrir y llorar por la carne
que solo es una vez, delicada y efímera.
Efímera, la poesía
palabras al vacío, papeles al fuego.
Aún así llorar por la ceniza
y recordar la piedra que cae
mueve a manadas y conglomeraciones
de los otros, masas de decepciones
que llora, sufre y angustia.
Descarga sus miedos en celebraciones
con abstractas manifestaciones
en registros y códigos que pocos -o ninguno-
entienden en el espacio, la distancia y el cambio.
El constante llegar a ser...
de doscientas veintiocho lunas
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