Nací con amnesia
y nunca me encontré.
Yo no calco mapas
ni reflejos del espejo.
Solo escape una madrugada
sin frío ni con prisa
pues, leyendo estrellas
y contando lunas
esperé una llave
que nunca llegó -ni llegará-
para abrir una puerta de dudosa existencia.
Se abren los ojos
y el publico aplaude,
mas, en una esquina
al fondo a la izquierda
una persona despierta
y mira el sinsentido
de la escena.
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